CONTEXTO INTERNACIONAL


El origen de las bibliotecas presidenciales procede del estadounidense Franklin D. Roosevelt cuando creó oficialmente el Sistema Presidencial de Bibliotecas en 1939 con el objetivo de preservar los documentos de los presidentes. Posteriormente, al abandonar la presidencia, donó sus papeles personales y presidenciales al Gobierno Federal y sus amigos crearon una asociación para recaudar fondos para la construcción de una biblioteca y edificio de un museo donde albergarlos. Más tarde, Harry S. Truman continuaría la tradición con una Ley de Bibliotecas Presidenciales.

Aunque en nuestra sociedad pocos cuestionan que la historia se basa en datos que deben legarse a la posteridad y, en este sentido, los archivos presidenciales constituyen un enorme acervo de información, el tratamiento que hace cada país de este tipo de archivos es dispar. La mayoría de naciones se decantan por regular los documentos presidenciales dentro de una ley general de archivos, pero otros desarrollan una legislación específica. Respecto a su gestión, unos países han creado sistemas definidos, con archivos de la presidencia (como Argentina, Italia o Portugal); otros, sistemas genéricos con, simplemente, archivos (como Reino Unido, México, Francia o Canadá); y otros, como Estados Unidos, con un modelo mixto con un sistema coordinador de las bibliotecas presidenciales.

Respecto a la organización de los archivos presidenciales, también nos encontramos con diferencias según países e incluso con la gestión a través de organizaciones privadas (Fundaçào Fernando Henrique Cardoso, Institut François Mitterrand, Fundaçào Mario Soares, Nelson Mandela Foundation, Olof Palme International Center o Federal Chancellor Willy Brandt Foundation).

El caso de Estados Unidos es paradigmático ya que cuenta con un organismo de especial relevancia. La National Archives and Records Administration (NARA, Archivos Nacionales y Administración de Documentos) es una agencia independiente adscrita al Gobierno federal que protege y documenta los registros gubernamentales e históricos. NARA también mantiene las Bibliotecas Presidenciales de Estados Unidos, una red nacional de bibliotecas -actualmente trece y catorce cuando se construya la de Barack Obama-, que conservan y abren al público documentos de los presidentes de los Estados Unidos desde Herbert C. Hoover (1929-1933), presidente número 31. Asimismo, existen ocho bibliotecas presidenciales que no forman parte del NARA y son administradas por fundaciones privadas, sociedades históricas o gobiernos estatales, que son las referidas al periodo 1798-1929 y se corresponden con los presidentes George Washington, John Quincy Adams, Abraham Lincoln, Ulysses S. Grant, Rutherford Hayes, William McKinley, Woodrow Wilson y Calvin Coolidge.